30 de mayo de 2008

José, eres el más grande


Va de corbatas



Esas corbatas de lana que llevaban los viudos en los bautizos de hace veinte años no han dicho su última palabra. Cambiando un poco sus grises plomizos por otros colores menos apagados –trigo, membrillo, cebada- son magníficas compañeras para los meses de otoño e invierno. Finalizando mayo no queda más remedio que guardarlas, sustituyéndolas por sedas más ligeras y vivas, flores, paramecios, amarillos y palmeritas. Pero cuando llegue el primer frío de octubre volverán a estar ahí, siempre otoñales, sin estridencias, calentitas.

Una corbata de lana es como un amigo de la escuela, como un tango sinuoso en un rincón de la memoria, como el olor de la chaqueta de lana del abuelo.

Hay una palabra de este comentario que me gusta especialmente: membrillo. Connotaciones dulces, de atardecer. Sentimientos, a la par alegres y decadentes. Meriendas de los años 70, carruseles deportivos con lluvia en los cristales. Fines de semana que agonizan. Si hubiera que buscar un antónimo de la palabra membrillo, sólo se me ocurre Coca-cola.

27 de mayo de 2008

Boicot a las Olimpiadas


El chiste es bueno, es algo así como lo de los comunistas y las langostas, pero en versión moderna... Viva la coherencia!
Y lo de abajo, un golazo de Anelka, para los que con motivo del anterior post hacían escarnio y befa de este gran futbolista. Nikolas, gracias por todo.

22 de mayo de 2008

El ruso y su talonario


Me gusta que haya ganado la Copa de Europa el Manchester. Por mucho dinero que tenga el ruso, todavía hay cosas que no se pueden comprar. El fútbol no es matemáticas, que se lo pregunten al Zaragoza.

Ruso, vete a tu casa. Nunca tendrás suficiente dinero para comprar una Copa de Europa.

pd. Lo de decir Champions League es una horterada. Muy difundida, sí, pero horterada.
pd2. La aparición en escena de Nicolás Anelka fue algo tremendamente emotivo. Su carisma, su saber estar y su buen hacer son antológicos. Seguimos sin saber, 9 años después, cómo celebra los goles.

15 de mayo de 2008

Homenaje a José

Dos vídeos de un tema de los Coen bastante bueno. Son un tributo a mi hermano, que está esprintando al final de sus oposiciones. Os recuerdo también el tributo que le brindé en la anterior convocatoria, que queda en el recuerdo de todos (para ver aquel tributo, pincha aquí).



11 de mayo de 2008

Elogio de la carretera nacional


Hoy quiero hacer una apología de las carreteras nacionales. Las autopistas son cómodas (como los slips). Pero ir por la autopista es la cosa más aburrida del mundo. Uno no ve el paisaje. Sí, llega antes a su destino. Sí, gana tiempo. Sí, no hay curvas, ni camioneros recalcitrantes.

Pero uno no sabe ni por dónde va. Uno no conoce aquella panadería de pueblo en la que se venden unas baguets de órdago. Uno no visualiza a esos ancianos en la plaza del pueblo, ni a esas marujas orondas que salen de establecimientos con cortinillas de plástico de colores, y bolsas en los brazos. Uno no ve rebaños de ovejas a la vera del camino, ni huele el olor que dejan en su estela los camiones con ganado. En la autopista los puertos de montaña son mera anécdotas, no como en las carreteras tradicionales, en las que cada puerto es un desafío, cada curva un envite. Por no hablar de los adelantamientos en carretera, en los que paciencia, adrenalina, pericia y azar hacen un maridaje perfecto. En esos adelantamientos se funden el coche y el conductor en una confianza mutua, una interdependencia casi vital. Los adelantamientos en autopista son somnolientos y previsibles. Nadie jugó nunca al veo veo, ni cantó una canción a pleno pulmón avanzando por una autopista, y esto da mucho que pensar. Un último inciso: las paradas en autopista, en estaciones de servicio idénticas e intercambiables, decadentes, brillantes y posmodernas, son indiferentes, pasan por nuestro corazón sin dejar rastro. Siempre las mismas patatas fritas en los mismos envases. Sin embargo, una parada en carretera nacional exige un arte profundo, un ejercicio de prudencia, que sólo la experiencia puede enseñar: la parada depende del tráfico, del número de camiones que puede adelantarnos; de lo que nos apetezca comer; de la hora del día. Cada restaurante de carretera, cada bareto, cada gasolinera y cada gasolinero tiene una historia propia, un rostro humano, y ocupa un lugar en nuestra biografía que no es intercambiable ni sustituible. Ay, el bar amarillo de Medinaceli, quién cantará hoy tus glorias. Ay, parquecillo de Zuera, columpios desvencijados; ay, tarta de manzana de Angües, que ninguna galleta oreo puede borrarte de mi memoria.

Menos mal que todavía alguna amapola distraída se asoma en los arcenes de las autopistas, para exorcizar mis pensamientos suicidas cuando abordo esta cuestión.

Propósito de hoy: nunca más me limitaré a desplazarme de un lugar a otro por autopista. Elijo viajar, con todas sus consecuencias, por las carreteras nacionales. Así sea.

4 de mayo de 2008

El segundo tiempo de un buen espárrago triguero


No comprendo la alegría primigenia que me envuelve cuando voy al baño después de comer unos esparraguitos trigueros. Hoy la he sentido, y es muy real.
(Adjunto enlace de la receta de la web directoalpaladar)