22 de mayo de 2015

Sugerencias para la noche electoral



No sé si algún político tendrá la desfachatez de decir este domingo en la sede de su partido la ya manida frasecita: “Esperamos no defraudar a quienes han depositado en nosotros su confianza”. Por mi parte, sugiero las siguientes alternativas, más sinceras, si de lo que se trata es de regenerar la vida democrática, lo que bien puede comenzar a hacerse llamando a las cosas por su nombre.

Esperamos no defraudar al Fisco”. Este sería un comienzo inmejorable, verdadera declaración de intenciones de quien al día siguiente se dispone a tomar posesión de la llave de la Caja. En caso de duda, siempre se puede añadir en voz baja la partícula “más” después del verbo defraudar, como hace José Mota en alguno de sus esqueches.

Dejando a un lado las arcas públicas y volviendo al electorado, mi primera sugerencia sería la siguiente: “Esperamos no defraudar a quienes han desconfiado menos de nosotros que de los demás”. Frase sincera y plenamente ajustada a la realidad social, como bien saben los consejeros áulicos –o fontaneros- que interpretan sesudamente las encuestas.

Otra alternativa, que omite el verbo defraudar –nótese que para defraudar debe haber expectativas de algún tipo, lo que hoy en día es altamente dudoso-,  podría ser: “Esperamos no profundizar la decepción de quienes nos han votado porque no les ha quedado más remedio”. Cuántos votantes se sentirán interpelados por tan honesta proclamación…

En cuanto a los partidos de nuevo cuño, quizá su apelación podría ser la siguiente: “Esperamos no defraudar a quienes han depositado en nosotros su cabreo”. Apasionante futuro próximo el de aquél que ha sido llamado a canalizar el cabreo ciudadano en las instituciones, que ineluctablemente se plasmará en histriónicas actuaciones parlamentarias.  Ante esta perspectiva, uno se acuerda de Ortega, y de las tres cosas que entendía que un diputado no debía hacer en sede parlamentaria: ni el payaso, ni el tenor, ni el jabalí... ¿Veremos alguna trifulca o pelea en nuestros Parlamentos en la próxima legislatura, como hemos visto algunas veces en las Cámaras de países como Venezuela, Turquía o Ucrania? Al tiempo.

Finalmente, brindo a los candidatos de siglas más tradicionales mi postrera afirmación: “Esperamos no cabrear aún más a aquellos a quienes todavía no hemos espantado”. Eso sí que es un programa político de alguien que quiere mantenerse en el centro del espectro político…

Para concluir, prometo que si algún político ganador, entre los brindis de cava –o calimocho, que todo se andará-, pronuncia una de las frases que aquí compendio en su noche electoral, mi fe en la regeneración democrática de este país dará un salto importante. Por el contrario, si escucho la monserga de “depositar en nosotros su confianza”, apagaré la televisión con el convencimiento de que por el momento seguimos igual. Entonces a lo mejor sí me apunto al calimocho, a ver si me ayuda a conciliar mejor mis sueños de regeneración democrática…

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