15 de abril de 2011

Taller de Defensa Personal Frente a las Nuevas Teconlogías



Tengo en mente abrir un TDPFNT (Taller de Defensa Personal Frente a las Nuevas Tecnologías).

Algunas de las competencias que se adquirirán serán:
- cómo hablar con alguien 20 minutos sin mirar instintiva y reiteradamente la pantalla del móvil;
- cómo mantener una conversación con alguien sin teclear en la blackberry de vez en cuando;
- cómo recibir una llamada, silenciar el móvil y ni siquiera mirar quién era el que llamaba;
- cómo no entrar en marca.com más de una vez al día;
- porqué leer un libro en vez de hacer el idiota en facebook;
- cómo no interrumpir cualquier ocupación para leer un sms que nos llega;
- cómo no mirar el mail cada vez que entramos en Internet;
- cómo salir a la calle y no conectarse al iPod antes del primer paso de cebra.

En definitiva: CÓMO NO CONVERTIRSE EN UN MALEDUCADO O EN UN IDIOTA EMPUJADO POR LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS DE LA INTERRUPCIÓN.

Si alguien conoce de alguna otra competencia que podamos incluir en el programa, agradecería que me la hiciese llegar.

19 de marzo de 2011

Proteger... ¿qué?



Me pregunto si la intervención en Libia tiene como fin proteger a la población civil, como aseguran nuestros periodistas y gobernantes; o proteger nuestro suministro de petróleo, ahora que Gadafi se ha mosqueado con quienes fuéramos sus amigos tanto tiempo. ¿Quién se preocupó de los libios mientras el bueno de Gadafi nos vendía petróleo sin rechistar?


Viva la democracia. La democracia del petrodólar y de nuestros panderos calientes. El pueblo libio, no nos engañemos, nunca nos ha importado una mierda.

6 de marzo de 2011

La caja de las galletas y los vasos de vidrio amarillo



Desde aquí quiero rendir un cálido tributo a dos objetos que encontrábamos en casa de nuestros abuelos, y que se están perdiendo irremisiblemente. Vivirán, al menos, en este rincón de Internet, que, ¡oh paradoja!, les rescatará de las fauces de Saturno, de la voracidad insaciable del devenir científico-técnico en el que vivimos. Son dos objetos con olor a abuela y a alcanfor (no sé exactamente qué es el alcanfor, pero me parece que pega aquí).

Se trata de la caja de las galletas y los vasos de vidrio amarillo (o incluso verde).

La caja de galletas contenía galletas de muy diverso tipo, y migas que se remontan a la soleada tarde en la Pío Baroja hizo su primera comunión. Nunca llegué a comprender por qué los abuelos españoles, con una unanimidad plebiscitaria, sacaban las galletas de sus cajas estándar y las metían en metálica "la caja de las galletas", con aquella extraña propiedad de reblandecerlas a medida que la galleta bajaba y bajaba hacia el fondo del recipiente.

Los vasos de vidrio amarillo (o incluso verde), tienen un carácter inefable. Nos traen a las mientes las películas interminables del día de navidad por la tarde, las trampas para encontrar el regalo del roscón de reyes, las meriendas de domingo lluvioso, el eructo irreprimido tras la coca-cola para el alborozo de los primos. Son parte de nuestra historia.

Junto a las cangrejeras y a los pantalones de pana, la caja de las galletas y los vasos de vidrio amarillo (o incluso verde), merecen un lugar en cualquier temario de educación para la ciudadanía.

2 de marzo de 2011

Paradojas




Presumimos de respetar al diferente, de acompañar al anciano, de ser solidarios. Se nos llena la boca al hablar de las ayudas a la dependencia. Repetimos como un karma que todos somos iguales. Abominamos de términos ofensivos como ciego, minusválido, subnormal. Todo esto está bien.


¿Pero no es cierto que hoy en día pasamos mucho menos tiempo con nuestros abuelos? ¿Visitamos menos a los enfermos? ¿Diagnosticamos el síndrome de Down y otras imperfecciones en los embriones y los eliminamos antes de nacer?


Parece como si a fuerza de repetir palabras grandilocuentes procurásemos disfrazar o disimular el egoísmo endémico que nuestra sociedad padece. Las palabras son importantes, pero pueden pronunciarse desde el sofá. Apaga Teledeporte. No dejes que viva la solidaridad la Consejería de Bienestar Social.


Que no le demos la razón al resabiado personaje shakespeariano que repetía: words, words, words...

18 de febrero de 2011

Bonico...



Esta semana dos profesoras de la universidad se han despedido de mi con un cariñoso"hasta luego, bonico". Y claro, uno tiene su autoestima. Bonico es un calificativo amable para un bebé, un ahijado, el hijo de un gorrilla, o incluso una mascota... Pero claro, si uno ya está con la tesis debajo del brazo, publica en Revistas Aranzadi, y es citado en monografías, lo de bonico empieza a resultarle algo inapropiado.


En fin, pienso que parte de la culpa es mía. Si empiezo a ser algo más pedante, a frotarme el mentón cuando escucho a la gente, y a responder de vez en cuando a preguntas con el inefable "sí y no", seguido de un impostado silencio, creo que puedo acabar con esta deriva afectuoso-maternal que amenaza con arruinar mi prestigio académico, todavía en sus albores.


Os tendré al día.

29 de enero de 2011

Atreverse



La idea era peregrina desde el principio, como casi todas las que nos asaltan insistente y febrilmente por la noche y nos impiden conciliar el sueño. Estuvo a punto de sumergirse para siempre en pozo del olvido. Pero me atreví a proponer a los alumnos de Comunicación que hicieran un belén viviente durante la carrera de San Silvestre. Ellos tenían mucho que estudiar y algo de vergüenza que vencer, pero se atrevieron a probar.

Quedó el vídeo que os enlazo. Lo pasaron muy bien y el resultado demuestra que mereció la pena.

Tantas veces se nos ocurren ideas que harían el día a día más alegre, más ingenioso, menos gris... pero casi siempre las arrumbamos en un 'ángulo oscuro', pensando que la vida es más seria que eso, que tenemos cosas más importantes que hacer. Además... ¿y si no sale bien?

Pero hay que atreverse. Así se meten los goles de vaselina. Así se pone en pie al respetable. Así uno se mira una mañana en el espejo y encuentra un brillo desconocido al otro lado del cristal. Qué mal he dormido, pero esa idea de anoche…

25 de enero de 2011

Con que...



Tenemos unos 80 parlamentarios en cada comunidad autónoma (17x60=1020 parlamentarios). Si bien no sería descabellado replantearse su necesidad, máxime con la disciplina de partido que padecemos, mi propuesta aquí es más modesta. Propongo q0ue no hagan nada. Con que no hagan nada nos conformamos, y les seguiremos pagando. Pero que se estén quietos.


Mil tíos con sus asesores tratando de justificar una nómina son capaces de hacer cualquier cosa. Y eso también lo pagamos los ciudadanos, aturdidos por el marasmo de "programas", "formularios", "instancias", "reglamentos", "decretos" y demás parafernalia con los que tenemos que bregar para alimentar la hipertrofia burocrática que lleva camino de devorarnos.


Con que no hagan nada nos basta.


13 de enero de 2011

Misas en la Universidad de Barcelona



Se suspenden las Misas en la Universidad de Barcelona, debido a que estudiantes "progresistas" boicotean la celebración de la liturgia. Leo la noticia en ABC. Una frase de la redacción de la noticia me deja de piedra:

"El conflicto entre estudiantes progresistas y católicos se recrudeció antes de navidad...". Sinceramente, no me imagino una noticia sobre violencia de género en la que se diga: "el conflicto entre el Braulio y Joana se recrudeció...". No hay dos partes iguales en este conflicto. Hay unos personajes (léase energúmenos, antidemócratas, talibanes) que no respetan las creencias de los demás, y unos ciudadanos que tratan de vivir conforme a su conciencia de modo pacífic0, dentro del marco de la Constitución.

Por otro lado, la Universidad de Barcelona en el comunicado que anuncia el fin de los actos litúrgicos hasta que se busquen modos de garantizar la seguridad de los creyentes, afirma que hará todo lo posible para "preservar el ejercicio de los derechos fundamentales (como el derecho a la libertad religiosa y de culto) y el derecho a la libre expresión". Y parece que al hablar de libertad de expresión se refiere a la libertad de los "estudiantes progresistas" de comer bocadillos en la capilla e insultar al sacerdote y a los creyentes.

A uno, claro, se le hiela la sangre ante esa idea de progreso y de libertad. Ante ese doble rasero tolerancia/intolerancia. Y no queda sino entonar un réquiem por esta Europa vieja y automutilada, que se precipita hacia el abismo mientras, eso sí, deja que aún halaguen sus oídos los músicos desde cubierta, que repiten una y otra vez: "paz, progreso, tolerancia, i+d+i".