4 de mayo de 2006

Mitos de la Ilustración I. Cientificismo.

Hoy abro una serie de capítulos titulados: Los Mitos de la Ilustración. Muchas de las cosas que se nos han dicho de la Revolución Francesa y la Ilustración son, cuanto menos, matizables. La primera de esas herencias que quiero comentar es el CIENTIFICISMO, como hipertrofia del buen hacer científico.

1. Se piensa que el único pensamiento científico es el de las ciencias experimentales. Sólo será objetivo y verdadero aquello que se pueda demostrar en un laboratorio, en una probeta, con un experimento. ¿El resto? Es arte, sentimiento, subjetividad. Imposible que nos pongamos de acuerdo.

2. Así, se sustituye el paradigma de la verdad (búsqueda de lo verdadero) por el paradigma de la certeza (búsqueda de lo experimentable).

3. Se reduce la realidad a la realidad cuantificable. Si algo no puedo contarlo, evaluarlo, no es real, no vale la pena.

4. Pero… ¿y la dignidad del hombre? ¿Se puede demostrar? No ¿Y el derecho a la libertad? ¿Se puede cuantificar? No. Entonces… ¿la dignidad y la libertad son subjetivas? ¿No nos podemos poner de acuerdo sobre ellas? ¿Dependen de los sentimientos? ¿Qué hacemos con ellas?

5. Entonces lo que pasa es se empieza a valorar la dignidad del hombre en términos cuantitativos, en términos de placer (utilitarismo), de calidad de vida. Es el culto al número. Usted tiene dignidad según cuánto dinero sea capaz de ganar, según cuánto placer pueda experimentar, según sus perfecciones físicas (que de alguna manera podemos contar). La dignidad depende del mercado.

6. La dignidad de la vida humana dependerá del aprobado en una escala de valores que nosotros previamente determinamos (nivel económico, salud, raza, coeficiente intelectual).

7. Y aquí es cuando se quedan fuera los pobres (qué poco tienen, qué poco valen), los minusválidos (qué pocas perfecciones), los subnormales (¡qué poca calidad de vida!). Y el mercado celebra su triunfo cuantitativo sobre la dignidad del hombre.

8. Por eso cuando mueren 15 negros en el estrecho a nadie le importa (estoy exagerando, pero poco): son muertos muy pobres. Si mueren 1000 ancianos contra su voluntad en Holanda, eutanasiados, a nadie le importa: no tenían nada que aportar. Si se aborta a un feto paralítico, qué más da: iba a ser un infeliz. Es gente que está fuera de nuestras escalas experimentables, de rendimientos a corto plazo.

9. Pero el hombre es más que lo experimentable, que lo cuantitativo. Y su dignidad más real que cualquier ecuación matemática. Los derechos humanos no son sentimientos. La filosofía, la literatura, el arte, la buena música… no se pueden contar, sumar, diseccionar, y sin embargo, son realidades humanas y cabe una aproximación científica a ellas.

10. Son precisamente estas ciencias humanas las que más tienen que decirnos de nosotros mismos. Son las únicas que podrán defendernos del ataque del insaciable mercado, del totalitarismo de la eficacia, de la dictadura de lo cuantitativo.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Es que además el cientifismo analiza reductivamente sólo una pequeña parte de la realidad; es mucho más y más importante lo que no es objeto de las ciencias empíricas.

Otra idea que me parece interesante es que las ciencias experimentales, a diferencia de lo que pensaban los ilustrados, no aportan certezas, sino que elaboran hipótesis y teorías que continuamente van superándose...

Anónimo dijo...

Hola, quería hacer unas reflexiones sobre el cientificismo. La ciencia es maravillosa, pero el cientificismo tiende a ser, además de reduccionista, un poco dogmático e intolerante (como el fundamentalismo religioso). Esto es una consecuencia psicológica de creer que se tiene la verdad exclusiva y excluyente sobre la realidad. (Otro asunto es que tal verdad exista o no, que se pueda alcanzar, etc. que es un asunto gnoseológico, no psicológico).

La ciencia tiene su puesto, la filosofía el suyo, y la religión también el suyo (aunque en algunos casos se solapen o relacionen, no son lo mismo, y no debe ninguno absorber completamente al otro).

Un ejemplo de cientificismo, disfrazado de “escepticismo” (en realidad, pseudoescepticismo, como veremos más abajo), es el de los autocalificados “escépticos”. Es importante identificarlos y conocerlos con precisión, para no ser engañados por su retórica “científica” (pseudocientífica). Sintetizo mi opinión sobre ellos en los siguientes puntos:

1)Aclaro que no creo que existan los fenómenos paranormales, o al menos, los considero extremadamente improbables.

2)Estoy de acuerdo con la crítica a la pseudociencia y a la charlatanería, siempre que esta crítica sea racional, científica, educativa y respetuosa de la lógica y de la dignidad humana (es decir, que no suponga insultos personales a los creyentes o “investigadores” en estas áreas). No tenemos que ser soez ni vulgares para que nuestra crítica sea eficaz.

3)Como el mismo Mario Bunge ha explicado, el escepticismo correcto es el metodológico, es decir, el que se emplea como duda ante las afirmaciones no probadas (no solo sobre lo paranormal, sino en cualquier área). Este es el mismo concepto que aparece en las páginas “escépticas” (aunque raramente lo aplican)

Sin embargo, si analizamos críticamente la literatura “escéptica”, nos encontraremos con los siguientes aspectos:

a)Los “escépticos” de lo paranormal, no dudan de ello sino que niegan su existencia. Luego, por definición, no serían escépticos sino pseudoescépticos (al hacerse pasar por escépticos, cuando no lo son). (No critico que se niegue de lo paranormal, sino que denuncio la impropiedad con la que usan el término escéptico)

¿Puedo ser escéptico de la virgen maria, a la misma vez que afirmo categóricamente que existe y que hay que rezarle todos los días? Evidentemente no. Así mismo, ¿puedo ser escéptico de la virgen maría a la misma vez que asevero categóricamente que no existe, y que todo el que crea en ello es un crédulo, un magufo, un irracional? Evidentemente no estoy siendo escéptico, porque no estoy suspendo mi juicio al respecto, sino que afirmo con contundencia su inexistencia. Tengo un juicio ya formado al respecto, no una duda.

Esta es la razón por la cual, en el diccionario de filosofía, Bunge afirma: “El escepticismo metódico debiera ser la norma de todas las búsquedas racionales: solo se duda cuando existe alguna razón para dudar” (Luego, si no hay razón para dudar, no tendría sentido dudar. Por ejemplo, los científicos no son escépticos de la existencia de los planetas, sino que afirman categóricamente que existen. Tampoco son escépticos de las leyes de la termodinámica, ya que no hay razón para tal escepticismo.)

¿Somos escépticos de que existe internet? No. Por el contrario, estamos convencidos de que existe y lo afirmamos con seguridad. De la misma manera, si asevero que todo lo paranormal es falso, o en lenguaje “escéptico”: que es una memez, una chorrada, una irracionalidad, etc. no estoy dudando, sino aseverando firmemente mi juicio al respecto.

Repito, me parece válido negar la existencia de lo paranormal (con base por ejemplo a su incompatibilidad con leyes científicas conocidas), pero en ese caso no estaríamos actuando como escépticos de lo paranormal, ya que no dudamos de su existencia, sino que la negamos (basándonos en la ciencia). Es deshonesto hacer pasar nuestro juicio formado en contra de lo paranormal como actitud “escéptica” o de duda.

b)Los “escépticos” se autocalifican de defensores de la racionalidad, la lógica, la ciencia, etc. pero emplean conductas irracionales. Por ejemplo, califican despectivamente a los creyentes en pseudociencias como “magufos”, “ignorantes”, etc. ¿Cuando se ve en la literatura científica académica semejantes apelativos?

c)No son autocríticos ni críticos de otros escépticos: Nunca verán a James Randi criticando a Martin Gardner, ni Susan Blackmore criticando a Ray Hyman, ni a éste último criticando a Richard Wiseman, ni a Javier Armentia criticando los trabajos de Ares de Blas. (Esto es muy curioso, ya que es constumbre entre los científicos criticarse entre sí en la búsqueda de la verdad. ¿Por qué lo “escépticos” se comportan de esta manera?) En este punto, se comportan como una cofradía que se protege a sí misma y se apoya mutuamente, y no se cuestiona críticamente su propia conducta (aunque sí la de los demás).

Cuando los criticias (ej: alguno de sus textos o artículos), responden acusándote de defensor de lo paranormal, de magufo, de charlatán, de pseudocientífico, etc. Confunden la crítica al pseudoescepticismo con la defensa de lo paranormal (por esta razón, no se critican entre ellos). Esto recuerda a los fundamentalistas cristianos para quienes cualquier argumento contra la biblia es obra de “satanás”.

d)En sus críticas, usan argumentos ad hominem (sea directamente a través de motes como magufos o charlatanes; sea en forma indirecta a través de ironías, burlas, que eufemísiticamente ellos llaman “sentido del humor”)

Como señalé anteriormente, si algún defensor de lo paranormal hace una crítica objetiva al pseudoescepticismo, el pseudoescéptico inmediatamente responde con algo parecido a esto: “el magufo y creyente en pseudociencias dice que nosotros…” (lo cual supone de entrada una descalificación). Generalmente, a esto le sigue una larga lista de falacias en latin (para impresionar e intimidar al lector común) que supuesta o realmente cometió el “magufo” en su réplica. Pero el fondo de la cuestión casi nunca se toca. La crítica puede ser correcta, pero el pseudoescéptico solo se queda en las falacias, en la descalificación, y en la defensa a ultranza de su posición, sin ponderar objetivamente la legitimidad de la crítica efectuada por el “magufo”.

Como sabemos, una verdad puede ser defendida con argumentos falaces. Refutar la falacia no refutaría la verdad de la conclusión (aunque sí debilitaría el argumento). Por tanto, el buscador de la verdad y pensador crítico, no se fija solamente de la debilidad del argumento, sino también de la verdad/falsedad de la tesis que se defiende (que es más importante que los argumentos para justificarla). Incluso, el buscador de la verdad trataría de encontrar los mejores argumentos, a favor y en contra, de la tesis en cuestión.

e)Tienen un inexplicable y pueril fanatismo por lo paranormal y parapsicológico. En su literatura, no se analizan temas científicos complejos, sino que continuamente se habla de ovnis, fantasmas, duendes, reencarnación, astrología, la Tierra hueca, la curación por la fe, y temas similares. Si estos temas son memeces o irracionalidades, ¿por qué tanto interés por ellos? ¿Por qué malgastar su tiempo, intelecto y esfuerzo en tales asuntos? ¿Por qué esa fijación con este tema? Ellos podrían argumentar que su finalidad es educar al gran público… pero de ser así, ¿por qué califican al que cree en tales cosas, que es precisamente el gran público, como crédulos, magufos, estúpidos, irracionales, ignorantes, etc? Es como si yo quisiera educar a mi hijo llamándole imbécil, retrasado mental, infeliz, bestia… (en este caso, no solo estaría demostrando mi mala educación y mi talante soez y vulgar, sino mi incapacidad de razonar lógica y rigurosamente sin ofender personalmente a mi destinatario)

La mayoría de personas adultas (en vez de estar pensando y escribiendo en revistas, foros y blogs sobre brujas, zombies, duendes, extraterrestres y monstruos, ej: el del Lago Ness) se dedican a ocuparse de asuntos complejos de su profesión (si la tienen), o de asuntos prácticos del día a día (ej: la educación de los hijos, la mejora de la relación de pareja, la estabilidad laboral, etc.). Es curioso que los pseudoescépticos (muchos de los cuales son mayores de 40 años de edad… y de los que uno esperaría una actividad más madura y productiva), que califican de idiotez, chorrada o memez todos estos temas, sean los que más obsesión tienen con estos asuntos y más tiempo y esfuerzo le dedican…

f)Los pseudoescépticos, en general, no hacen experimentos sobre lo paranormal, en otras palabras, no investigan sobre estos temas. Esto es consistente con su fuerte creencia pseudoescéptica de que lo paranormal es una memez, una estupidez, una idiotez. Pero no es consistente con la actitud escéptica real (ver más abajo el ejemplo de Carl Sagan)

La “investigación” pseudoescéptica consiste únicamente en leer lo que hacen los partidarios de lo paranormal, y criticarlo (acusándolo de fraude, aunque no presenten pruebas; o señalando errores metodológicos, muchas veces falsos).

Sin embargo, un verdadero buscador de la verdad, un escéptico crítico real de mente abierta, estaría dispuesto a realizar experimentaciones científicas en asuntos paranormales. Un ejemplo de ello es Carl Sagan (quien era realmente escéptico de lo paranormal, aunque no pseudoescéptico), quien en su libro “Cerebro de Broca” sugirió el siguiente experimento (que cualquiera puede hacer) para probar la existencia de la proyección astral: ” Se le pide a un amigo que, en nuestra ausencia, coloque un libro en algún elevado e inaccesible estante de la librería, de modo que no sea posible ver su título. Si creemos experimentar una experiencia proyectiva, flotemos hasta la parte alta de la habitación y entonces podremos leer el título del libro en cuestión. Cuando nuestro cuerpo vuelva al estado normal de vigilia y podamos indicar correctamente lo leído, tendremos una prueba fehaciente de la realidad física de la proyección astral. Desde luego, no debe existir ningún otro posible medio de conocer el título del libro, como por ejemplo entrar solapadamente en la habitación cuando nadie nos observe o recabar información de nuestro amigo o cualquier otra persona enterada del asunto. Para evitar esta última posibilidad, el experimento debe realizarse “doblemente a ciegas”, es decir, que la selección y ubicación del libro debe hacerla alguien a quien no conozcamos y que a su vez no nos conozca en absoluto, y ésta será precisamente la persona encargada de juzgar si nuestra respuesta es correcta.” (Cerebro de Broca, p.p. 35 y 36)

Sagan agrega que, hasta donde él tiene conocimiento, nadie a obtenido una evidencia positiva usando un experimento como este.

Pero adviértase que Sagan señala que, en caso de ser positivo el experimento, “tendremos una prueba fehaciente de la realidad física de la proyección astral”. En otras palabras, Sagan está dispuesto a aceptar el fenómeno si la experimentación lo prueba como cierto. No niega dogmáticamente la posiblidad de su existencia a priori (aunque él pudo pensar que tal fenómeno no era probable) Y no mete sus prejuicios y creencias personales como argumento para rechazar o tergiversar la evidencia (en caso de que ésta se obtuviera). Por el contrario, PROPONE un experimento que nos permite salir de dudas (para el escéptico real, que duda del tema)

Pongo esta referencia, como criterio de distinción entre el verdadero escéptico ( que ama y busca la verdad, así sea contraria a sus prejuicios más íntimos, y está dispuesto a aceptar la evidencia en caso de que exista) del pseudoescéptico, que niega con violencia todo lo que sea paranormal y hace juicios negativos a priori (aunque llamándose al mismo tiempo “escéptico”).

Después de haber tratado con pseudoescépticos por más de 10 años, de conocer a fondo su literatura y sus actitudes, puedo recomendarle a todo lector lo siguiente:

1)Familiarizarse con el pensamiento crítico.

2)Aplicar lo aprendido sobre pensamiento crítico contra los propios escépticos. Es decir, evaluar críticamente la literatura “escéptica”, especialmente buscando la presencia de falacias, las premisas tácitas, las contradicciones, el tipo de lenguaje que usan, la forma de responder a las críticas, etc. En otras palabras, ser escéptico de los “escépticos” (Este punto es el más importante. En mi experiencia, quienes hacen estos sistemáticamente, dejan progresivamente de ser pseudoescépticos, y se transforman en verdaderos pensadores críticos)

3)Buscar literatura y páginas web donde se critique el falso escepticismo, y evaluar objetivamente la pertinencia y legitimidad de tales críticas (más abajo pongo algunos links de interés)

4)Aplicar el pensamiento crítico a todas las actividades, no solo a lo paranormal. (No caer en la trampa pseudoescéptica de creer que pensamiento crítico es sinónimo de crítica a lo paranormal. En realidad, la crítica a lo paranormal es UNA de las muchas aplicaciones del pensamiento crítico)

5)No dejarse intimidar por la fraseología ad hominem pseudoescéptica (especialmente, por las acusaciones de magufo, charlatán, pseudocientífico, crédulo, etc.) Tener el valor de formarse sus propias opiniones, en base al exámen crítico de todos los temas y de toda literatura (incluyendo la pseudoescéptica)

El fenómeno del pseudoescepticismo ha sido estudiado en profundidad, aunque en español no se encuentran muchas referencias al respecto. Sin embargo, puedo referir algunas páginas donde se puede profundizar más si el lector lo desea .

Sobre los pseudoescépticos:
http://ojo-critico.blogspot.com/2006/06/luis-alfonso-gamez-arp-y-el-fraude-de.html

Otro link complementario del anterior:
http://www.fraudesparanormales.com/index.php?option=com_content&task=view&id=430&Itemid=45

Lo que el escepticismo debería (y no debería) ser:
http://www.fraudesparanormales.com/index.php?option=com_content&task=view&id=76&Itemid=45

En inglés:
http://en.wikipedia.org/wiki/Pseudoskepticism

Síntomas del escepticismo patológico (inglés):
http://amasci.com/pathsk2.txt

También, la extensa respuesta del Dr.Gary Schwartz a la recensión que hizo Ray Hyman de su investigación con “médiums” es bastante pertinente y elocuente, no porque el Dr.Schwartz tenga razón en su trabajo (no creo que su trabajo pruebe necesariamente la mediumnidad ni lo paranormal), sino porque se demuestra la sutil, habilidosa manipulación pseudoescéptica de Ray Hyman en su recensión:
http://www.enformy.com/Gary-reHymanReview.htm

Por último, una controversia sobre el “efecto de marte” desenmascaró algunas actitudes de los pseudoescépticos norteamericanos. (La importancia de este link, no es si el “efecto de marte” existe o no, algo que no creo, sino las actitudes pseudoescépticas que se manifestaron allí y que son pertinentes para ilustrar mi punto):
http://www.discord.org/~lippard/kammann.html

Saludos

Anónimo dijo...

Lo angosto de la página, impide que algunos links salgan en su totalidad y puedan copiarlo y pegarlo con exactitu... por tanto, les sugiero que vayan a estas páginas:

http://ojo-critico.blogspot.com (y busquen el fraude de ARP)

http://www.fraudesparanormales.com (y en la sección Escepticismo, busquen "desenmascarado movimiento escéptico español" y también "lo que el escepticismo no debería ser")

Saludos

Anónimo dijo...

Mis felicitaciones. Muy intereante.
Mi comentario es mi BLOG:

htastudillotp://magdalena--dunoguier.blogspot.com/

http:/denuncia.experimento.blospot.com/

Anónimo dijo...

No se si es interesante pero tendencioso o por el contrario tendencioso pero interesante.

¿Has oido hablar de la falacia del hombre de paja? Consiste, exactamente, en lo que estas haciendo en este articulo.

Aún así, es un punto de partida interesante. ¿Como afecta el cientifismo al humanismo?

Anónimo dijo...

uhmmm. tengo una investigacion ara mi expo de filosofia... y no encuentro concretamente los argumentos nesecito los argum,entos... la verdad su informacion si me sirvio pero como introduccion, mi maestro kiere una esposicion bn hecha mis conpañeros hasta han llorado exponiendo de que no satisfacemos al maestro con nuestra informacion

Anónimo dijo...

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lolikneri havaqatsu

Anónimo dijo...

At: Tu eres el que trata de hacer creer que hay una falacia del hombre de paja. De hecho nadie hablo de tal falacia y no esta implicita. Si no te gusto lo de pseudoescéptico, pues no es que no te guste; es algo real. En su mayor parte los pseudoescépticos (como tu comprenderas) tratan de meter y en muchos casos inventan falacias como: ad-hominem, hombre de paja, de autoridad.... pues son conspiranoicos que sienten que todo contrincante les quiere amenzar. Son en pocas letras IRRACIONALES. No me vengas con falacias como argumento, pues no se sostienen en ningun caso y solo sirven como excusa para todo pseudoescéptico sin responder ni dar una buena fuente ni mucho menos COMPRENDER o aprender a PENSAR POR SI MISMOS y no lo que les dicen los blogsitos chafitas.

Anónimo dijo...

ayudaa!! necesito por lo menos 3 ejemplos.. de cientificismo... por favor