22 de octubre de 2021

Sentirse romano

 


Llevo tres semanas viviendo en Roma.

Los primeros días Roma me cautivó. La ciudad, cada uno de sus rincones, rezuma historia, humanidad y alegría. Su arte, además, está hecho a una medida todavía humana. Nada de rascacielos gigantescos, islas con forma de palmera ni horteradas de arte abstracto.

La segunda semana mi entusiasmo dio paso a una creciente indignación. Tanto desorden. Tanto caos. Tanta suciedad. Ni una acera lisa. Ni que estuviéramos en Togo. ¿Cómo se puede descuidar así una ciudad? ¿Cómo se puede descuidar así esta ciudad?

Ayer mi relación con Roma entró en su tercer estadio: la complicidad. Mientras nutría mi enojo contra los romanos con nuevos argumentos ("menudos chapuceros", "serán zánganos...") caí en la cuenta de que a mí también me pasean gatos por los foros. Igual que los romanos, mis pocos (y a menudo imaginarios) monumentos pierden cada día numerosas batallas contra bolsas de basura, malas hierbas y cartones de donsimón vacíos.

15 de octubre de 2021

Mínimamente serio


Un plató de televisión con un presentador entusiasta, tres concursantes y un público entregado.

-Y en el programa de hoy elegiremos a la persona más libre entre los tres finalistas. Comenzamos con Pablo.

-Buenas noches. Tengo 34 años. Estoy sin pareja. No tengo hijos. No trabajo. No tengo muchas aficiones. Me gusta ver al Valencia en el sofá, en calzoncillos y con una cerveza a mano. Me apareo de forma impulsiva, sin compromiso. Ve y busca a alguien más libre que yo.

-¡Faaaaabuloso! Vamos con nuestra segunda invitada.

-Soy Lucía. Tengo 37 años. Hasta hace dos años llevaba una vida estándar. Dos hijos. Pareja estable. Trabajaba como ingeniera en una fábrica. Pero mi vida era monótona, gris. Una mañana me dije: ¿cuánto tiempo tengo PARA MI? Y entonces todo cambió. Rompí la hucha, me compré una rulot y unos vaqueros rotos. Dejé a mi familia y me fui con una amiga a conocer mundo. Acabo de volver del Nepal y estoy pensando qué nuevo proyecto me hace ilusión empezar. Estreno mi vida cada día.

-¡Impresionante! Y nuestra tercera concursante eeeeees…

-Soy Paula. Tengo 36 años, tres hijos, un marido, una perra y una hipoteca a 30 años. Soy consultora en una multinacional. Soy fallera y me han engañado para presidir el AMPA del cole de mis hijos. Entre biberones, balances y rifas en la falla no tengo ni un minuto para mí. A veces me gustaría ser un oso y meterme en una cueva siete meses a hibernar. Casi no llego al programa: mi hija la pequeña ha mordido a una amiguita y estaba en una tutoría. Pero todo lo hago a gusto y no me cambiaría por nadie, la verdad.

-¡Feeenoooomenaaaaal! Pues bien, ha llegado el momento de que los lectores elijan al candidato más libre de los tres.

»Quien piense que ser libre consiste en no estrenar su libertad y hacer siempre lo que a uno le venga en gana, y quiera votar a Pablo, que envíe el mensaje #delnabo al número que aparece bajo la pantalla. Quien crea que ser libre es poder cambiar de opciones una y otra vez y tener siempre una puerta abierta, y dé su voto a Lucía, que envíe #siempreotraopción al número indicado. Y quien entienda la libertad como la capacidad de asumir compromisos y ser leal a ellos aunque haya dificultades, y apueste por Paula, que envíe #cuandoelijoelijo al número del concurso.

»¡Ya pueden empezar a votar! Para los despistados, recuerdo: el voto debe contener uno de los hashtags señalados; tienen diez minutos para votar; y, una vez emitido, no puede cambiarse el sentido del voto. Se trata de unas reglas básicas para que el concurso sea mínimamente serio.

»¡Buenas noches y que gane el mejor!