25 de noviembre de 2011

Se busca feminista



Hoy en la portada del Levante (periódico de izquierdas de Valencia) aparecía la fotografía que abre este post. Ignoro si la señora que aparece en la foto es una domadora de grandes felinos, un epígono de Rachel Welch disfrazada a lo tarzán, o simplemente una espontánea.

Lo que sí que tengo claro es que si yo fuera mujer -no tengo el gusto- me sentiría ofendida -e incluso, proponiéndomelo, discriminada- por la imagen. Once señores decentes -más o menos horteras, todo sea dicho- y una mujer, la única, que va vestida como si fuera a cantarle el Happy Birthday a JFK.

Bibiana, vuelve.

22 de noviembre de 2011

Subidón



Ayer me subía al coche a las ocho y pico de la tarde. Llevaba desde las ocho de la madrugada en la universidad, estudiando, atendiendo alumnos y dando clase. Sin hacer ningún drama -no trabajo en una mina- estaba bastante baldado.

Pues bien, arranco el coche, y antes de meter segunda enciendo la radio. Y entonces sucedió. Estaba empezando uno de los temas que más me viene motivando últimamente (no es un tema inmortal, pero está animado). Y claro, el subidón fue grande. Todo lo contrario de cuando enciendes la radio y escuchas las tres últimas notas de tu canción favorita. Shit!

Pues nada, eso os cuento. La vuelta a casa fue fresca, ligerita. Uno de esos regalos que te da la vida, qué curioso, un lunes.

Ahí os dejo la canción, por si os gusta.



19 de noviembre de 2011

No me discrimines



Estaba cenando con unos amigos. La camarera (no es sexismo, era una chica) nos trajo el plato a todos menos a Q., algo curioso, ya que habíamos pedido todos lo mismo. Cuando pasaron tres o cuatro minutos, Q. se quejó, como dirigiéndose a la camarera... "yo también tengo derecho a comer, no me discrimines". Lógicamente, el plato terminó llegando y cenamos tan ricamente.

Me impactó el "no me discrimines" dicho inconscientemente, sin pensarlo. Si hubiera sido un castizo "no me jodas" no me hubiera chocado, pero el "no me discrimines" es la queja del ciudadano buenista pseudodemocrático para el que no hay otro mal en el mundo que la discriminación.

Quizá la lectura de muchos libros de texto de la LOGSE es la que ha incrustado en el cerebro de mi amigo ese lamento tan zapateril. "No me discrimines". Empezamos a parecer franceses.

3 de noviembre de 2011

Se va un grande





Menos mal que Zapatero ha decidido tomar cartas en el asunto. No quiero vender la piel del oso antes de matarlo, pero creo que tras esta noticia podemos irnos a la cama más tranquilos.

11 de octubre de 2011

No mirar hacia otro lado



Desde hace unos meses la escalada de violencia en México no para de crecer. Los asesinatos, que se multiplican, van acompañados ahora de "performances" tales como la exhibición de cadáveres colgados en puentes de autovías, el lanzamiento de cabezas en la puerta de escuelas, etc.

Igual que México, otros países son esclavos del tráfico de drogas internacional, una serpiente de dolor y delincuencia que, como señaló hace no mucho el Santo Padre, siembra sufrimiento e injusticias allí por donde pasa.

Resulta sencillo señalar a los cárteles de la droga como los responsables primeros de estas barbaridades. Lo que es más incómodo es señalar a los consumidores de droga de EEUU y Europa -quienes fuman marihuana en la cafetería de la universidad, vamos, o se meten sus rallitas antes de salir de fiesta- como los responsables últimos de esas atrocidades.

Basta ya. Dejemos de mirar hacia otro lado. La satisfacción del desenfreno del Primer Mundo tiene víctimas, con nombres y apellidos.

15 de septiembre de 2011

Ingenieros y médicos hasta en la sopa



De los treinta nuevos en el colegio mayor, creo que son más de 25 los que van a estudiar Medicina -qué envidia- o una ingeniería. Ningún filólogo. Ningún historiador. Ningún geógrafo. Ningún enólogo. Ningún músico. Ningún filósofo. Menudo aburrimiento.

Casi nadie estudia ya carreras inútiles, en el más alto sentido de la palabra. Somos muy buenos en las cuestiones penúltimas, tan propias de la formación profesional. (Ingeniero es un eufemismo de fontanero/albañil cualificado). Somos muy buenos en el hacer. Pero la verdadera universidad, el conocimiento más alto, no tiene que ver con el hacer, sino con el ser. Y como tal, no es servil, porque no sirve a un fin inmediato.

El día que un hijo mío me diga que quiere estudiar filosofía o filología probablemente un escalofrío me recorra el espinazo. Entonces tendré que demostrar la coherencia de mi pensamiento, tragar saliva, y decirle con un nudo en la garganta que me parece perfecto, mientras interiormente maldigo al profesor del instituto que le ha metido esa estúpida idea en la cabeza. Mientras tanto, no me resulta difícil decir que ojalá tuviéramos más soñadores, más filólogos, y menos gente práctica. Menos ingenieros.

6 de septiembre de 2011

Si yo fuera prostituta...


Une los puntitos:


1. Si yo fuera prostituta no sabría ya que ponerme para diferenciarme de las mujeres vulgares, que ya son casi todas.


2. Melendi canta: que la falda sea tan corta como quieras, el problema es del que mira.


3. Ayer vi por el retrovisor en el coche de atrás a un macarra sin camiseta. Gritaba a su novia (toda una choni) y le dio dos codazos que me dejaron helado.

25 de agosto de 2011

La Vanguardia y Rouco Varela




Estoy pasando unos días en Barcelona, y he de reconocer que leo con agrado La Vanguardia. Al tratar el viaje del Papa a Madrid para presidir la JMJ, me sorprenden dos cosas: todos los articulistas hablan muy bien del evento, cosa que me agrada; y todos aprovechan su tribuna para darle un pequeño pescozón a Rouco Varela, que por lo visto no tiene mucho predicamento por estos lares.



En lugar dirigir invectivas contra Rouco, mejor harían los pequeño burgueses catalanes que escriben y leen La Vanguadia en preguntarse porqué las diócesis catalanas son las que menos jóvenes han llevado a Cuatro Vientos a esa fiesta de la juventud cristiana.



Menos meterse a arreglar la casa del vecino -que por cierto trabaja mucho y bien por llenar las parroquias que tiene encomendadas-, y más preguntarse por el páramo espiritual que presenta su "iglesia nacional".

11 de julio de 2011

Sorpresa dominguera




A los dos segundos de cruzar el umbral de la puerta uno se da cuenta: algo pasa. Mucha gente elegante. Rostros sonrientes. Alguna corbata hortera fuera de lugar.


Entonces se intentan buscar rutas alternativas. ¿Hay alguna otra iglesia cerca? ¿puedo ir a Misa esta tarde? La mente se mueve rápido, con desesperación incluso, intentando reconfigurar la tarde del domingo en busca de una Misa sin sorpresas, que se mantenga dentro del razonable margen de los 45 minutos.


Normalmente el plan alternativo no prospera. Uno lo va abandonando paulatinamente, mientras un sonriente sacerdote anuncia, antes del "yo confieso", el alegre motivo que justifica la ceremonia de hora y cuarto a la que uno con santa resignación se dispone: bodas de oro, imposición de medallas, aniversario de un tránsito, bendición de mascotas, romería rociera...


Uno se pone de mal humor un tiempo, y farfulla "ya podrían avisar". Este universal reproche al párroco tiene su gracia, como si el hombre pudiera ir de puerta en puerta avisando a todos los feligreses de todas las excepciones al horario ordinario. Como si el sacristán panzón no llevara toda la semana precedente avisando después de la comunión. Lo que sucede es que no le escucha ni el Tato. Es más, uno suele pensar: ese hombre por qué no se callará de una vez.


En fin, hay que reconocer que luego estas sorpresas domingueras tampoco son para tanto. Es más, son un verdadero clásico con el que hay que convivir. Más que remugar y poner cara de mártir, conviene tomárselas con cierto sentido del humor. Porque no nos vamos a librar: nos van a tocar cada cinco o seis domingos hasta que nos muramos. Eso sí: entonces seremos nosotros los que prolonguemos la Misa inopinadamente un martes cualquiera. Por lo menos nos queda ese consuelo. Nuestra venganza está más que asegurada.

28 de junio de 2011

Sentido común, barrica de roble y meditación




El otro día iba paseando plácidamente por la biblioteca de la universidad, y me tropecé con el volumen cuya imagen os brindo arriba (pocas veces las palabras "tropezar" y "volumen" han sido empleadas con más justificación). Se trata de un estudio perpetrado por el señor González Botija sobre el etiquetado del vino, que consta de la bonita cifra de 1133 páginas. Has leído bien, 1133 páginas.


Al hilo de semejante cifra, tres reflexiones me vienen obsesionando:



1. Qué poco sentido común nos queda cuando el ordenamiento jurídico es tan complejo que admite un trabajo de más de mil páginas sobre, j_d_t_, el etiquetado del vino.



2. Pienso que sería justo aconsejar al autor un silencio meditativo de, al menos, 10 años.



3. Si el señor González Botija bebe vino con la misma fruición que escribe, no habrá pagos ni bodegas en la península ibérica capaces de aplacar su sed.

12 de junio de 2011

Otra cosa que se me da muy bien



Normalmente nos cuesta reconocer nuestros defectos, mientras que nuestras virtudes siempre las tenemos delante de la vista. Pues bien, esta semana me he asombrado descubriendo una virtud que poseo desde hace años pero de la que hasta ahora no era consciente.

Pues bien, igual que Pepiño Blanco, soy un auténtico figura quedándome bolígrafos.

Como les pasa a los grandes, se trata de un talento natural, no necesito entrenarlo y muchas veces ni siquiera me doy cuenta. Llego a la habitación por la noche, y cuando me vacío los bolsillos digo: "Uy, este boli... ¿de dónde lo habré sacado?".

Pero pam, no falla. Bolígrafo que toco, bolígrafo que pincho.

Tengo los dos botes de mi habitación totalmente llenos, pero no soy capaz de hacer nada. Por la mañana los meto en los bolsillos de la chaqueta con idea de ir dejándolos en otras partes, disimuladamente, como los presos de La Gran Evasión hacían con la arena del túnel que les daría la libertad. Pero no hay manera. Cada noche el número no mengua, antes al contrario, crece y crece sin parar.

Espero no tener que hacer reformas en mi cuarto para dar cabida al ingente número de bolis que se reproduce en mis estanterías sin cesar.

27 de mayo de 2011

Tipos de feminismo: feminismo liberal y neofeminismo





El feminismo de primera generación (Simone de Beauvoir and Co.) trató de igualar a la mujer en los valores tradicionalmente masculinos (animus): competitividad, mercado, agresividad, independencia. "Las mujeres también pueden competir y demostrar en el mercado su valía", nos decían. "También pueden llevar pantalones y tener una cuantiosa cuenta corriente". Para este feminismo liberal las tareas asociadas tradicionalmente a la mujer (el anima) eran inferiores, un yugo insoportable del que había que liberarse: el trabajo en casa, la delicadeza, la dependencia, la educación de los hijos, el cuidado de los necesitados (bebés y ancianos), la sensibilidad. La maternidad era una carga genética que esclavizaba a la mujer. Los anticonceptivos y el derecho al aborto se convirtieron, pues, en uno de los caballos de batalla de estas feministas liberales. "Líbrate de los roles que la sociedad patriarcal te ha impuesto. Sal de la cocina." Así, se sacrificaron los valores tradicionalmente femeninos en el altar de la igualdad.

El feminismo de segunda generación (Ballesteros, Glendon), el neofeminismo, defiende los valores típicamente femeninos, los del ánima, como los propiamente humanos. Lo mejor no es trabajar en una empresa y ser competitivo, sino tener un hogar al que volver y ser capaz de cuidar a los nuestros. La capacidad de cuidar al otro, no de someterlo con nuestra fuerza. El sueño no es la independencia, sino la interdependencia, sabiendo que dependemos unos de otros desde que nacemos hasta que los nuestros lloran nuestra marcha. Lo más valioso que tenemos es la capacidad de alumbrar, no de matar. El trabajo es un medio, la familia un fin. Lo que sucede es que los varones no son tan inferiores a la mujer, tan energúmenos, que no puedan aspirar a la igualdad en estos valores. Todos han de vivir los valores del ánima y del animus, pero lo propiamente humano es lo que históricamente se asoció a la mujer. Se impone pues redescrubrir el papel de la dimensión del cuidado y la valía de las tareas domésticas como esferas enormemente dignas, en las que tenemos que ser todos iguales, los hombres y las mujeres. Así, el éxito se medirá en función del servicio, no del dominio.

Este neofeminismo defiende la igualdad de los sexos y la igual valía de los hombres y las mujeres. Y no reniega de lo típicamente humano: el cuidar de la familia, el compadecerse con el que sufre. Este feminismo apuesta por la conciliación, y sueña con construir una sociedad con madres y una familia con padres.

18 de mayo de 2011

2 Tm. 4,7



El último viernes santo mi abuela Lolita visitaba monumentos para acompañar al Señor en su día más amargo. Siete visitas a siete iglesias con el Santísimo reservado para que los fieles le desagravien. La abuela Lolita, con más de 85 años a sus espaldas, 7 hijos, 32 nietos, y si no me equivoco, 8 bisnietos. Viuda desde hace tres años.

En una iglesia vio a lo lejos a mi hermana. "¿Tú no deberías estar en casa? ¡Si hace menos de una semana estabas dando a luz!" "Pues aquí estamos, abuela, con los tres niños y sus carritos visitando monumentos".

No creo que exista en la tierra una alegría más dulce que la que experimentó mi abuela Lolita al coincidir con su bisnieto de 5 días visitando sagrarios un viernes santo, para hacer compañía a Jesús.

7 de mayo de 2011

Éxito







Todavía asociamos el éxito a la competición, al triunfo personal, a los negocios, a la autoafirmación individual. En fin, a los resultados que pueden verse en una cuenta corriente. No hay más que ver los resultados que nos ofrece google si buscamos imágenes de "éxito".


Quién sabe, quizá dentro de unas décadas las búsquedas de la palabra "éxito" estén asociadas en los buscadores a imágenes de familias, jóvenes cuidando ancianos, o personas cooperando en lugar de compitiendo. Son actitudes que no se escriben en el CV, no tienen reflejo económico directo, no se pueden contar. Pero que, si somos sinceros, son las que realmente cuentan.


Pues de nosotros depende. No envidiemos a fracasados, por mucho BMW que conduzcan.

15 de abril de 2011

Taller de Defensa Personal Frente a las Nuevas Teconlogías



Tengo en mente abrir un TDPFNT (Taller de Defensa Personal Frente a las Nuevas Tecnologías).

Algunas de las competencias que se adquirirán serán:
- cómo hablar con alguien 20 minutos sin mirar instintiva y reiteradamente la pantalla del móvil;
- cómo mantener una conversación con alguien sin teclear en la blackberry de vez en cuando;
- cómo recibir una llamada, silenciar el móvil y ni siquiera mirar quién era el que llamaba;
- cómo no entrar en marca.com más de una vez al día;
- porqué leer un libro en vez de hacer el idiota en facebook;
- cómo no interrumpir cualquier ocupación para leer un sms que nos llega;
- cómo no mirar el mail cada vez que entramos en Internet;
- cómo salir a la calle y no conectarse al iPod antes del primer paso de cebra.

En definitiva: CÓMO NO CONVERTIRSE EN UN MALEDUCADO O EN UN IDIOTA EMPUJADO POR LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS DE LA INTERRUPCIÓN.

Si alguien conoce de alguna otra competencia que podamos incluir en el programa, agradecería que me la hiciese llegar.

19 de marzo de 2011

Proteger... ¿qué?



Me pregunto si la intervención en Libia tiene como fin proteger a la población civil, como aseguran nuestros periodistas y gobernantes; o proteger nuestro suministro de petróleo, ahora que Gadafi se ha mosqueado con quienes fuéramos sus amigos tanto tiempo. ¿Quién se preocupó de los libios mientras el bueno de Gadafi nos vendía petróleo sin rechistar?


Viva la democracia. La democracia del petrodólar y de nuestros panderos calientes. El pueblo libio, no nos engañemos, nunca nos ha importado una mierda.

6 de marzo de 2011

La caja de las galletas y los vasos de vidrio amarillo



Desde aquí quiero rendir un cálido tributo a dos objetos que encontrábamos en casa de nuestros abuelos, y que se están perdiendo irremisiblemente. Vivirán, al menos, en este rincón de Internet, que, ¡oh paradoja!, les rescatará de las fauces de Saturno, de la voracidad insaciable del devenir científico-técnico en el que vivimos. Son dos objetos con olor a abuela y a alcanfor (no sé exactamente qué es el alcanfor, pero me parece que pega aquí).

Se trata de la caja de las galletas y los vasos de vidrio amarillo (o incluso verde).

La caja de galletas contenía galletas de muy diverso tipo, y migas que se remontan a la soleada tarde en la Pío Baroja hizo su primera comunión. Nunca llegué a comprender por qué los abuelos españoles, con una unanimidad plebiscitaria, sacaban las galletas de sus cajas estándar y las metían en metálica "la caja de las galletas", con aquella extraña propiedad de reblandecerlas a medida que la galleta bajaba y bajaba hacia el fondo del recipiente.

Los vasos de vidrio amarillo (o incluso verde), tienen un carácter inefable. Nos traen a las mientes las películas interminables del día de navidad por la tarde, las trampas para encontrar el regalo del roscón de reyes, las meriendas de domingo lluvioso, el eructo irreprimido tras la coca-cola para el alborozo de los primos. Son parte de nuestra historia.

Junto a las cangrejeras y a los pantalones de pana, la caja de las galletas y los vasos de vidrio amarillo (o incluso verde), merecen un lugar en cualquier temario de educación para la ciudadanía.

2 de marzo de 2011

Paradojas




Presumimos de respetar al diferente, de acompañar al anciano, de ser solidarios. Se nos llena la boca al hablar de las ayudas a la dependencia. Repetimos como un karma que todos somos iguales. Abominamos de términos ofensivos como ciego, minusválido, subnormal. Todo esto está bien.


¿Pero no es cierto que hoy en día pasamos mucho menos tiempo con nuestros abuelos? ¿Visitamos menos a los enfermos? ¿Diagnosticamos el síndrome de Down y otras imperfecciones en los embriones y los eliminamos antes de nacer?


Parece como si a fuerza de repetir palabras grandilocuentes procurásemos disfrazar o disimular el egoísmo endémico que nuestra sociedad padece. Las palabras son importantes, pero pueden pronunciarse desde el sofá. Apaga Teledeporte. No dejes que viva la solidaridad la Consejería de Bienestar Social.


Que no le demos la razón al resabiado personaje shakespeariano que repetía: words, words, words...

18 de febrero de 2011

Bonico...



Esta semana dos profesoras de la universidad se han despedido de mi con un cariñoso"hasta luego, bonico". Y claro, uno tiene su autoestima. Bonico es un calificativo amable para un bebé, un ahijado, el hijo de un gorrilla, o incluso una mascota... Pero claro, si uno ya está con la tesis debajo del brazo, publica en Revistas Aranzadi, y es citado en monografías, lo de bonico empieza a resultarle algo inapropiado.


En fin, pienso que parte de la culpa es mía. Si empiezo a ser algo más pedante, a frotarme el mentón cuando escucho a la gente, y a responder de vez en cuando a preguntas con el inefable "sí y no", seguido de un impostado silencio, creo que puedo acabar con esta deriva afectuoso-maternal que amenaza con arruinar mi prestigio académico, todavía en sus albores.


Os tendré al día.

29 de enero de 2011

Atreverse



La idea era peregrina desde el principio, como casi todas las que nos asaltan insistente y febrilmente por la noche y nos impiden conciliar el sueño. Estuvo a punto de sumergirse para siempre en pozo del olvido. Pero me atreví a proponer a los alumnos de Comunicación que hicieran un belén viviente durante la carrera de San Silvestre. Ellos tenían mucho que estudiar y algo de vergüenza que vencer, pero se atrevieron a probar.

Quedó el vídeo que os enlazo. Lo pasaron muy bien y el resultado demuestra que mereció la pena.

Tantas veces se nos ocurren ideas que harían el día a día más alegre, más ingenioso, menos gris... pero casi siempre las arrumbamos en un 'ángulo oscuro', pensando que la vida es más seria que eso, que tenemos cosas más importantes que hacer. Además... ¿y si no sale bien?

Pero hay que atreverse. Así se meten los goles de vaselina. Así se pone en pie al respetable. Así uno se mira una mañana en el espejo y encuentra un brillo desconocido al otro lado del cristal. Qué mal he dormido, pero esa idea de anoche…

25 de enero de 2011

Con que...



Tenemos unos 80 parlamentarios en cada comunidad autónoma (17x60=1020 parlamentarios). Si bien no sería descabellado replantearse su necesidad, máxime con la disciplina de partido que padecemos, mi propuesta aquí es más modesta. Propongo q0ue no hagan nada. Con que no hagan nada nos conformamos, y les seguiremos pagando. Pero que se estén quietos.


Mil tíos con sus asesores tratando de justificar una nómina son capaces de hacer cualquier cosa. Y eso también lo pagamos los ciudadanos, aturdidos por el marasmo de "programas", "formularios", "instancias", "reglamentos", "decretos" y demás parafernalia con los que tenemos que bregar para alimentar la hipertrofia burocrática que lleva camino de devorarnos.


Con que no hagan nada nos basta.


13 de enero de 2011

Misas en la Universidad de Barcelona



Se suspenden las Misas en la Universidad de Barcelona, debido a que estudiantes "progresistas" boicotean la celebración de la liturgia. Leo la noticia en ABC. Una frase de la redacción de la noticia me deja de piedra:

"El conflicto entre estudiantes progresistas y católicos se recrudeció antes de navidad...". Sinceramente, no me imagino una noticia sobre violencia de género en la que se diga: "el conflicto entre el Braulio y Joana se recrudeció...". No hay dos partes iguales en este conflicto. Hay unos personajes (léase energúmenos, antidemócratas, talibanes) que no respetan las creencias de los demás, y unos ciudadanos que tratan de vivir conforme a su conciencia de modo pacífic0, dentro del marco de la Constitución.

Por otro lado, la Universidad de Barcelona en el comunicado que anuncia el fin de los actos litúrgicos hasta que se busquen modos de garantizar la seguridad de los creyentes, afirma que hará todo lo posible para "preservar el ejercicio de los derechos fundamentales (como el derecho a la libertad religiosa y de culto) y el derecho a la libre expresión". Y parece que al hablar de libertad de expresión se refiere a la libertad de los "estudiantes progresistas" de comer bocadillos en la capilla e insultar al sacerdote y a los creyentes.

A uno, claro, se le hiela la sangre ante esa idea de progreso y de libertad. Ante ese doble rasero tolerancia/intolerancia. Y no queda sino entonar un réquiem por esta Europa vieja y automutilada, que se precipita hacia el abismo mientras, eso sí, deja que aún halaguen sus oídos los músicos desde cubierta, que repiten una y otra vez: "paz, progreso, tolerancia, i+d+i".

7 de enero de 2011

Da gusto



Comida, café y paseo con T., al que veo después de cinco meses de Erasmus. Cuatro horas de conversación tranquila, sin prisa, sin nada programado para después.

Da gusto tener amigos sin fronteras. Da gusto los viernes por la tarde. Da gusto escapar de la prisión que tantas veces nos construimos con el reloj, encerrando nuestras almas en cuadriculadas hojas excel.

Que se repita.