15 de abril de 2015

Selectividad tipo test



Si ya muchas veces siento vergüenza al leer los exámenes finales de desarrollo de mis alumnos de 2º de carrera, trufados de faltas de ortografía, discordancias, pleonasmos, y originales palabras de cosecha propia -como "añanamiento de morada"-, no quiero ni pensar lo que esto va  a ser ahora, cuando el examen de selectividad sea un examen de tipo test.

Evaluar conocimientos de letras o humanidades con exámenes de tipo test me parece un craso error. En primer lugar, me cuesta entender cómo alguien puede explicar la filosofía de Platón o un punto de la Historia de España mediante respuestas de verdadero y falso. Este tipo de exámenes aniquila los matices humanos de una explicación, la diversidad de opiniones y enfoques, la riqueza de diferentes puntos de vista. Todos han de responder lo mismo, y nadie debe explicar o comentar nada. Por otro lado, todos los institutos impondrán este tipo de exámenes en bachiller, para entrenar a sus muchachos, de modo que muy pronto los chicos no tendrán que redactar nada durante todo el bachillerato.

Ojalá me equivoque, pero mucho me temo que esto va a ser el golpe de gracia a la ya paupérrima habilidad de redacción de los universitarios españoles.

Todo más fácil, más objetivo, más eficiente. Y más pobre. El analfabetismo rampante gana batallas de la mano de gobernantes ineptos que sólo entienden de números.

Xo weno, ke + da.

O tempora. O mores. (El otro día Emilio me escribió esta frase de Cicerón en un mail, y estaba intentando colocarla en algún momento. Si bien no he escrito el post pensando en ella, me viene como anillo al dedo).