El hilo conductor del libro lo constituye un viaje a lo largo del Danubio, símbolo del crisol de pueblos y culturas que conforman la mitteleuropa, y que tuvieron su esplendor en el auge del imperio Austro-Húngaro. Sin aparente interconexión entre sí, Magris reúne anécdotas, impresiones, pensamientos y reflexiones, sucesos históricos, historiografía y personajes de lo más diverso, asociados a los lugares que va recorriendo. Este conjunto de miniaturas componen una gran sinfonía, acunada por el correr de las aguas del Danubio. Quizá el mayor mérito del germanista sea la unicidad de percepción que, como en un majestuoso mosaico, ofrece al lector a través de historias y paisajes aparentemente deslabazados.
El libro constituye un verdadero monumento a la cultura centroeuropea, un canto a sus gentes, a su Historia, a su ocaso. Como única objeción, señalar la reiterada referencia a la literatura de cada pueblo y etnia, que para el lector no iniciado puede resultar algo cansina.
En el fondo del libro late una tensión entre el poder y la compasión, el asombro y el desengaño, el esplendor y la decadencia. Se trasluce una crítica a la visión positivista del la vida, por su necesario reduccionismo, un rechazo a la modernidad, y una exaltación vitalista de lo cotidiano, entendido como espacio para lo heroico. Al final, nos queda la memoria. La seguridad, con el trascurrir de las aguas danubianas, de que todas las cosas quedan atrás, tiñe el relato de una suave melancolía, abierta todavía –quién sabe por cuanto tiempo- a la tenue luz de la esperanza.
El libro constituye un verdadero monumento a la cultura centroeuropea, un canto a sus gentes, a su Historia, a su ocaso. Como única objeción, señalar la reiterada referencia a la literatura de cada pueblo y etnia, que para el lector no iniciado puede resultar algo cansina.
En el fondo del libro late una tensión entre el poder y la compasión, el asombro y el desengaño, el esplendor y la decadencia. Se trasluce una crítica a la visión positivista del la vida, por su necesario reduccionismo, un rechazo a la modernidad, y una exaltación vitalista de lo cotidiano, entendido como espacio para lo heroico. Al final, nos queda la memoria. La seguridad, con el trascurrir de las aguas danubianas, de que todas las cosas quedan atrás, tiñe el relato de una suave melancolía, abierta todavía –quién sabe por cuanto tiempo- a la tenue luz de la esperanza.
2 comentarios:
Ich habe nicht dieser Buch gelessen, aber ich dir gedanken mochte, für deine Adweiser.
Kaiserschwarzes
"Die Exposition" ist shit...
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