27 de abril de 2009

El bizcocho rebelde



Mi madre nunca fue una cocinera consumada. Si la sopa de sábado y las foundies de queso eran su territorio, y se mostraba fuerte en diversos ámbitos -pasta, croquetas, guisos-, nunca entró en la escuela de "puristas" a la que mi abuela Maruchi sí perteneció por derecho propio.


Sin embargo, y a pesar de lo dicho, nunca terminaré de comprender una situación cíclica que acaecía entre las cuatro paredes de la concina de Fernán González. Era sábado por la tarde, y la masa del bizcocho estaba en el horno. Mi madre miraba concentrada por la puerta-ventana del horno el avance de la "subida" del bollo, no sin cierta ansiedad. Los hijos nos asómabamos de vez en cuando a darle ánimos, mirando con una sombra de duda la masa en su evolución ascendente. Y había días que el bollo subía, y había días que no. Incluso había días que rebosaba el recipiente en una eufórica cocción.


La misma receta. Los mismos ingredientes. La misma batidora. Y unos días la masa subía y era un éxito. Y otros días el bollo quedaba crudo y había que comerlo apelando al espíritu de Juanito.
Mi mandre nunca fue una cocinera consumada. Pero yo nunca entenderé el porqué a veces la receta salía bien, y a veces salía mal. Pero bueno, es consolador. Tantas veces a nosotros nos pasa lo mismo.


(Anexo: las tortitas con nata de mi madre pueden ganar, eso sí, un premio internacional)

5 comentarios:

Pedro Amorós dijo...

estás loco!!!!!!!!!!!

maria jesus dijo...

Eso es uno de los grandes misterios que afligen a la humanidad

Anónimo dijo...

¡Qué cabrón!

ideas dijo...

Me encantan tus comentarios. A veces parece que me lees el pensamiento, pero yo no lo sé expresar tan bien. Por eso a veces tomo prestados algunos para un taller de lectura que preparo semanalmente. (septiembre de 2007)...
De loco y cabrón nada. Es la pura realidad. En casa, todos esperábamos la subida del bizcochón, como si fuesemos a descubrir el misterio de la santísima trinidad.
Un saludo y gracias.

teka dijo...

me ha encantado!!lo mejor era comerlo aún caliente!!o quizá que no me gustaba esperar a que se enfriase!!Mola