5 de junio de 2009

Opiniones vs creencias


En política, el peludo ateo o agnóstico tiene opiniones. Es un hombre libre. El peludo creyente, sin embargo, sólo tiene creencias. Es un idiota.

Todo lo que dice un creyente que no concuerda con el pensamiento políticamente correcto es una creencia. Y como tal, despreciada. Interpretada como un amén irracional al magisterio de unos fanáticos o iluminados.

Con este sencillo razonamiento la capacidad el creyente de participar en la vida democrática queda anulada. Si no opinas como yo es porque eres creyente, no piensas, eres bobo.

Pues vale.
pd. Escribe en tu teclado la palabra "bobo". Genera buenas sensaciones!

12 comentarios:

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Pero el ateo o el agnóstico no son en alguna medidad unos creyentes también?

Quizás la diferencia entre lo que llamas creyente y ateo no radica en creer en algo o tener creencias, sino en cómo se cree en éstas.

En ese sentido, ambos están en el riesgo del dogma, lo que significa cerrarse al diálogo y asumir que su "verdad" es la única posible y cualquier otra opinión como blasfema. Piensa en Copernico o Galileo.

Lo otro importan en considerar es que ateos como creyentes construyen sus opiniones desde ideologías.

GAUDENCIO dijo...

Acabo de eescribir la palabra bobo ej el teclado y he experimentado un gran deshinibición. Tienes toda la razón. A veces los creyentes tenemos que pedir perdón hasta por respirar.
Un abrazo y encantado de visitarte:
GAUDENCIO

Fon dijo...

sí........

Anónimo dijo...

Jorge,
Creo que tienes razon cuando dices que el ateo en en alguna medida es tambien un creyente. Pero en lo de que los agnosticos tambien lo son... no se, a mi me parece que "ni fu, ni fa". Quiero decir, la postura del agnostico es la del cómodo: la de contentarse con no saber y encima justificarse diciendo que no se puede saber.

La verdad es que no conozco nigún ateo pero si muchos puñados de comodos agnosticos.

Tanto se creyente (entiendeme), como ser ateo, puede ser incomodo: tienes unas ideas que defender. Ahora, los agnosticos... no tienes que defender nada, tú crees una cosa y yo creo otra... Resulta mucho mas comodo!

Luis

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Yo soy agnóstico y claro, no puedo plantear una certeza con respecto a algo que desconozco.

No es una visión cómoda. Al contrario es más compleja porque siempre tienes un nivel de duda frente a los ateos y creyentes.

En cambio el creyente, ateo o teísta, asume una certeza, que en definitiva es un dogma.

Anónimo dijo...

Te presentan dos puertas, a elegir. Detras de una hay un coche, detras de otra una cabra... ¿Cual eliges?

Si no eliges ninguna, por miedo a errar, nunca conseguiras el "premio".

Jorge A. Gómez Arismendi dijo...

Ese dilema plantea que entonces, las opciones elegidas son por mero azar y no por un convicción mayor previa.

He ahí porque la posición del agnóstico es más compleja. En definitiva la búsqueda nunca se da por terminada.

Anónimo dijo...

Jorge,

Me parece que ese dilema no es real, pero que puede representar de una manera gráfica que lo menos lógico es no elegir ninguna "puerta".

En la realidad uno sí puede razonar cual es la "puerta correcta".

Precisamente el que se pueda razonar cual es la correcta es lo que hace que se pueda cambiar de opinión.

Si a priori uno dice que no se puede razonar, ese es el unico que se cierra al dialogo.

Si nunca das la búsqueda por terminada; entonces, cuando encuntres lo que buscas corres el riesgo de pasar de largo.

Luis

Pedro Amorós dijo...

Juanxo, sigo esperando tu link!! Un abrazo!! Hala Madrid!!

Rafa M. dijo...

Si la creencia fuera un dogma ya no sería creencia, sino imposición. El creyente puede abrirse perfectamente al diálogo, debe hacerlo, para dar cuenta de aquello en lo que cree, porque quiere, y por qué cree... Quizás sea la posición del creyente la más mediana, porque deja la posibilidad de que no se crea o, sencillamente, se tengan ciertas dudas respecto a la existencia de algo más... Además, la posición del creyente no es ideológica e impuesta, sino enteramente personal y libre. El "salto de fe" sólo puede darlo uno mismo. Una fe impuesta y no razonada, no es fe.

Un saludo.

Dyas dijo...

BOBO (Ah, pero no me ha generado buenas sensaciones!)