
Estoy leyendo las Epístolas Morales de Séneca. Para distinguir mi pedantería de la de los lectores de sobres de azucarillo cada vez tengo que hacer cosas más difíciles.
Pues bien, en una de sus cartas Séneca recomienda a Lucilio no dedicarse demasiado a los ejercicios físicos, y centrar sus esfuerzos en ensanchar su alma y su sabiduría. "Por mucho ejercicio físico que hagas, oh Lucilio, siempre será más grande y musculoso que tú un buey cebado".
Se conoce que el Séneca tenía su sorna, el tío. Si hoy levantara la cabeza.