27 de febrero de 2006

Que la distancia, es el olvido...


Hoy he tenido una tarde de locos. Un pequeño parón, y un relato breve de mi propia cosecha. Mañana os prometo una nueva hornada de argumentos.


ANIVERSARIO
Porque él sabía que un año más era también, sí, inexorablemente, un año menos. Que las velas de la tarta de cumpleaños algún día se aparagarían por última vez, consumidas definitivamente, para siempre. Por eso cada año las soplaba tan despacito, como con miedo, con emoción… casi silbando. Sonriendo enigmáticamente.

Y todos los años celebraba el aniversario de su muerte, aunque nadie lo sabía.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Desde el momento de nacer empiezas a morir, viva el optimismo...