Al señor Ye le gustaban tanto los dragones que los tenía pintados o tallados por toda la casa.
Cuando se enteró el verdadero dragón de los cielos, voló a la tierra y metió su cabeza por la puerta de la casa del señor Ye y su cola por una de las ventanas.
Cuando el señor Ye lo vio, huyó asustado y casi enloqueció.
Esto demuestra que el señor Ye, en realidad, no amaba tanto a los dragones. Sólo le gustaba aquello que se le parecía, pero en ningún caso el auténtico dragón.
Shen Dsi (337 aC)
Cuando se enteró el verdadero dragón de los cielos, voló a la tierra y metió su cabeza por la puerta de la casa del señor Ye y su cola por una de las ventanas.
Cuando el señor Ye lo vio, huyó asustado y casi enloqueció.
Esto demuestra que el señor Ye, en realidad, no amaba tanto a los dragones. Sólo le gustaba aquello que se le parecía, pero en ningún caso el auténtico dragón.
Shen Dsi (337 aC)
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