5 de marzo de 2007

Cosas que valen la pena

De Juana Chaos, la guerra hidrográfica, un cajero incendiado, el calentamiento global, pelotazos urbanísticos, fuego cruzado entre políticos… Cada mañana desayunamos con nuevos motivos de indignación, enfado, enfrentamiento.

Hay que huir, buscar tablas de salvación, lugares donde poder estar juntos. Necesitamos motivos de alegría. Beber infusiones muy calientes (poleo menta, manzanilla con anís, té), ir a coger setas, cantar en la ducha, salir a pescar, orinar en el mar, comer espárragos trigueros. Todavía quedan muchas formas de sentirnos humanos. No le pido que abdique del ejercicio del pensamiento, sólo que de vez en cuando escape del aire enrarecido de la politización.

Anímese. Salga de las filas de los cabreados. Contamos con usted. Para nosotros, usted es insustituible.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo de mear en el mar me ha llegado... Aunque no ahondaré mucho en el tema, sí me gustaría manifestar la conveniencia de "airear" el neopreno "a toro pasado", sobre todo si es prestado.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Sí, todo eso vale la pena. Y estoy de acuerdo con el anónimo sobre el asunto del neopreno, porque el caucho desprende un aroma peculiar. En fin, hay que restarle feolencia a este mundo.

Familia Gisbert dijo...

Tienes razón.

Anónimo dijo...

No me suele dar tiempo a poner ningún comentario, pero esta vez... solo queria matizar un detalle: pese a que el citado neopreno no sea prestado, tambien conviene airearlo...