Parece que el reciente rechazo, por parte de dos diputadas populares, de la iniciativa legislativa popular a favor de la configuración heterosexual del matrimonio ha provocado molestias en el seno del PP. "Es inaceptable que dos diputadas de nuestro grupo parlamentario se desmarquen de este modo de nuestra disciplina de partido", parece ser el sentir entre los populares.
Pues mire usted, no sólo no es inaceptable, sino que sería lo deseable. Que los grupos parlamentarios actúen de modo monolítico, sin fisuras, sin disidencias, no es lo natural. Porque tampoco lo es que todos los votantes de un partido opinen igual en todos los temas. Lo lógico es que dentro de un mismo sentir político haya diversas opiniones, sensibilidades, posturas. Y que esa diversidad se plasme en las votaciones. Lo contrario es gregarismo, ausencia de pluralismo y de diálogo. Vamos, la enfermedad de la democracia. Y esa enfermedad afecta, hoy por hoy, a todos los grupos parlamentarios. ¿Alguien se imagina un diputado socialista votando contra la negociación con ETA?
Pero parece que es lo que hay. Disciplina de partido. ¡Qué lejos queda ese ideal de "tantas cabezas, tantas ideas"! ¡Qué cerca estamos de esa constatación de Julián Marías: "donde todo el mundo piensa igual, casi nadie piensa demasiado"!
1 comentario:
"donde todo el mundo piensa igual, casi nadie piensa demasiado"!
No conocía esta gran frase pero si la llevásemos a la práctica por fín aparecería el pluralismo verdadero.
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