Trece ayuntamientos de la Vega Baja han firmado un acuerdo con la valenciana Fundación Mainel para construir un centro social para personas sin recursos al sur de Diriamba (Nicaragua). Estos pueblos de la Vega Baja nos dan un gran ejemplo: el problema de la pobreza se soluciona con ayudas pequeñas, en primera persona. Con compromiso local, no con queja general.
Es cómodo confiar la solución del problema del hambre y la pobreza a grandes organismos internacionales, a UNICEF, a los Estados, a las grandes multinacionales, o a Bill Gates. Esa solidaridad gigante, con mayúscula, no suele comprometer el propio modo de vida, no afecta a nuestro bolsillo.
Enhorabuena a estos trece Ayuntamientos de la Vega Baja, y a seguir su ejemplo. ¡Viva la solidaridad con minúscula!
4 comentarios:
Thank you for this comment; it has helped me to see the generousity from another point of view.
Datsy
Solidaridad con minúscula. Ir peinado, aseado, presentable...
¡Hay que enjabonarse, señores!
Ya he posteado tu artículo. Muchas gracias.
Lo de los grandes debería llamarse Justicia, la solidaridad, además de ayudar, debiera hacernos mejores.
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