18 de octubre de 2008

El primer bebé medicamento




Muchos motivos para sentarme a escribir esta semana.

Ha nacido el primer bebé medicamento en España. Se fecundan varios óvulos. Se elige el embrión libre de la enfermedad hereditaria. Se implanta en la madre. Se eliminan los embriones producidos que sí tienen la enfermedad, y los embriones sanos que sobran. Todo el mundo aplaude, menos los recalcitrantes obispos. Fotos de los padres tan sonrientes, del bebé, como para comérselo. Y elogios a los médicos. Viva la ciencia. Los embriones en el cubo de la basura no hacen ruido. Los judíos del getto de Varsovia tampoco. Los negros de las pateras tampoco. Son los excluidos de nuestro mundo technicolor, sentimental y fluorescente. No dan la talla, no tienen los ojos azules. Joder, ¿qué podemos hacer para frenar esto?

6 comentarios:

Beatriz dijo...

pues de momento, denunciarlo, como tu bien haces.

y no estaría de mas que nos uniéramos e hiciéramos algo de verdad, que seamos la voz de estos niños a quien no dan la oportunidad de hacerlo.

maria jesus dijo...

Estoy de acuerdo contigo en todo, pero al que ha nacido, no le llames bebe medicamento al pobre, se llama Javier

Ion Egúzkiza dijo...

Esperar a que esto toque fondo y entonces remangarnos y empezar a construir todo de nuevo. Mientras tanto, sumar gente para cuando toque remangarse.

Anónimo dijo...

Bastian... quiza se pueda hacer algo antes de que el barco se hunda... creo que achicar agua de un barco sumergido es un poco mas jodidillo... (por muchos que se apunten).
Luis

Ion Egúzkiza dijo...

Certamente.

Ronald Reagan dijo...

Comparto todo lo que comentáis. Soy de los españoles comprometido por la Vida. Si todo aquello que hacemos o podemos hacer no está representado con nuestro voto en el Congreso ¿quién hablará por nosotros o por quienes no han podido nacer? Nadie. Esa es la tribuna con la que podremos denunciar lo que pasa alto y claro con la gran ventaja de que llegaríamos a miles y miles de personas. Apuesta por la vida y actúa y también vota en consecuencia.
Muévete por principios