18 de mayo de 2011

2 Tm. 4,7



El último viernes santo mi abuela Lolita visitaba monumentos para acompañar al Señor en su día más amargo. Siete visitas a siete iglesias con el Santísimo reservado para que los fieles le desagravien. La abuela Lolita, con más de 85 años a sus espaldas, 7 hijos, 32 nietos, y si no me equivoco, 8 bisnietos. Viuda desde hace tres años.

En una iglesia vio a lo lejos a mi hermana. "¿Tú no deberías estar en casa? ¡Si hace menos de una semana estabas dando a luz!" "Pues aquí estamos, abuela, con los tres niños y sus carritos visitando monumentos".

No creo que exista en la tierra una alegría más dulce que la que experimentó mi abuela Lolita al coincidir con su bisnieto de 5 días visitando sagrarios un viernes santo, para hacer compañía a Jesús.

2 comentarios:

Pedro Amorós dijo...

viva tu abuela! por cierto, el otro día me encontré a tu hermano

maria jesus dijo...

Es comprensible y envidiable