
Ahora que cada vez leemos menos, tenemos más canales de comunicación. Lo malo es que casi nadie tiene nada relevante que decir. Menos mal que twitter, con mensajes de 140 caracteres, nos permite esconder nuestra ignoracia detrás de frases bonitas de sobre de azucarillo. Parecemos gente leída, y todo.
El otro día estuve en una conferencia (fui casi obligado, tranquilos) de Arcadi Espada, columnista de El Mundo. "La vida no tiene sentido, vamos a morirnos, y hay que ser optimistas", afirmaba en un alarde de funambulismo intelectual. Con dos cojones.
Personas que presuntamente seguían la conferencia por Internet, espigaban titulares de lo que iba diciendo Espada y los compartían en tweets, que aparecían en una pantalla detrás de la mesa del conferenciante. Me pareció patético. En primer lugar porque esas presuntas personas que seguían el acto por Internet creo que no existían. Prometería que era alguien de la organización haciendo el paripé desde la misma sala. Segundo, porque a ningún internauta le interesaban esos tweets inconexos y superficiales. Tercero, porque a los que estábamos en la sala nos distraían. Era como decirnos: como sois idiotas y vuestros cerebros sólo procesan mensajes cortos de 140 caracteres, os resumimos la conferencia.
Pero bueno, no lo olvidemos: hay que ser optimistas.