7 de mayo de 2013

Dos libros: Mr. Gwyn (A. Baricco) y El señor de las moscas (W. Golding)



Estas semanas estoy leyendo mucho, y es un gusto. Algunas reflexiones de un par de libros que he terminado.

El señor de las moscas. Me ha gustado mucho. Me parece un clásico: contiene verdades muy profundas sobre el hombre, con una historia sencilla y muy bien contada. Es un libro que araña. Al cerrar la última página, una sombra te acompaña durante unas horas. La historia es dura, pero en el fondo tiene un punto de ternura, envuelta en desencanto. El libro consuela y acompaña en estos momentos de apogeo del mal gusto, la barbarie y la vulgaridad.

Mr. Gwyn. Baricco es un mago de la lengua, un esteta. Es el tercer o cuarto libro que leo del autor. Sus historias son estrafalarias, pero las imágenes y el ritmo de la narración tienen un magnetismo y una dulzura a los que es difícil escapar. Sus libros -Novecento, Océano Mar...- son libros suaves. Me ha recordado a La música del azar, de Paul Auster: ambos autores -uno de forma cadenciosa, otro con frenesí vertiginoso- sumergen al lector en un universo de imágenes atractivas y fuertes del que resulta casi imposible escapar. La historia, sin embargo, es más floja. Realmente, Mr. Gwyn no deja de ser un capricho, un fuego de artificio, un libro bonito pero de temporada. Lo que tampoco está mal: no soportaríamos encontrarnos cara a cara con el enigma del hombre en cada libro.

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