28 de mayo de 2021

Me gustaría pensar que fue lo segundo

 

Acababa de dar una conferencia sobre un tema espinoso en una plaza exigente. De intento, había procurado ser particularmente conciso, ya que la charla era en horario laboral. Al terminar, se me acercó un señor y, muy amablemente, me dijo con una amplia sonrisa:

- Muchas gracias, sobre todo por la brevedad.

Seguí recibiendo comentarios y parabienes de otros asistentes, mientras el hombre se confundía entre la gente que abandonaba del salón de actos. Han pasado ya dos días, y todavía sonrío preguntándome si aquello fue un elogio mediocre o un elegante insulto.

Supongo que nunca lo sabré.

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