1 de abril de 2008

Ir al Carrefour


(la foto no tiene nada que ver, pero está muy guapa, eh?)


Entrevistada por un motivo que no viene al caso, una señora mayor concluía sus declaraciones con el siguiente aserto: “Y cuando me siento sola, me voy al Carrefour”.

Esa huida hacia el Carrefour para espantar la soledad me ha dado mucho que pensar. ¿Realmente estaría menos sola en el Carrefour que en su casa? Acaso el trajín de los compradores, la música ambiente, las promesas publicitarias que la señalan como un prometeo destinado a paladear la felicidad, la distraen un poco de su triste día a día. La sumergen en un anonimato dulce y gelatinoso, que disuelve su memoria, su conciencia y su identidad en un marasmo de placer y consumo.

Me la imagino deambulando por los pasillos, valorando ofertas, palpando prendas de ropa para comprobar su calidad. Disimulando que no tiene nada que hacer allí, más que dar vueltas y vueltas para no quedarse sola frente a la vida, frente a su indigencia, frente a su soledad.

A la hora de salir del supermercado, cierta vergüenza de no llevarse nada a casa. Quién sabe, quizá hasta compre alguna baratija para no sentir la marginación de no llevarse nada debajo del brazo: algo grande y barato, que se amontona luego en algún trastero de su hogar, sin designio de ser utilizado nunca por nadie.

Caminar de regreso, lento. Un suspiro al meter la llave en la cerradura. Se prepara una tortilla triste en la herrumbrosa cocina, y vuelve a encontrarse consigo misma, facturas, problemas y frustraciones.
Los recuerdos fluorescentes carrefourianos le permiten conciliar, al menos por un día, un sueño plácido y sereno.

5 comentarios:

teka dijo...

muy bueno tu post!!buenísimo tanto por el tema por como esta escrito...sigues siendo un crak menos por una cosa... quien dice que las tortillas sean tristes?? no sabes que se pueden mezclar con cualquier cosa??tortilla de jamon, de queso , de patatas fritas, de champiñones, de bonito??si no lo sabes es que no has probado todas las especialidades de papa...por lo tanto las tortillas no son tristes, si acaso un infierno!!jeje
un beso

Dimas dijo...

Triste realidad, mas triste es cuando no se sabe dar o recibir el cariño de los demas. Falta de amor=falta de comunicación. Siento tristeza por ella y amor aunque el calculo de probabilidades me dice que jamas la conoceré

maria jesus dijo...

Mucha gente ahoga sus frustraciones comprando, y buscan conversación y compañía en los dependientes. La soledad es la enfermedad del siglo.

Anónimo dijo...

La soledad no es mala. Muchas veces es incluso necesaria. ¡Quiero mi parte de Victoria y Soledad!

Anónimo dijo...

Buenísima entrada, Juanxo!