23 de agosto de 2012

Distopías


Anoche terminé de leer "Un mundo feliz", de Aldous Huxley. En los últimos años he leído las cuatro distopías más populares de la primera mitad del siglo XX: 1984, El señor del mundo, Farenheit 451 y Un mundo feliz.

Las cuatro me han gustado mucho, y me parecen enormemente preclaras en sus previsiones. Las intuiciones más acertadas de cada una de ellas me perecen las siguientes.

Un mundo feliz. (1932, Aldous Huxley). En esta novela los hombres del futuro están esclavizados por el hedonismo y el placer, que les hace estar "a gusto" y no hacerse preguntas sobre el sentido de la vida o la verdad. El sexo, practicado sin ningún tipo de límite ni responsabilidad, es el opio del pueblo. También es interesante el pánico ante el envejecimiento o la soledad.

1984. ( 1948, George Orwell). De las cuatro, me parece la mejor novela en cuanto a argumento, aunque es profundamente pesimista. Es muy interesante cómo describe un mundo en el que nadie tiene intimidad, y el poder sabe qué hacemos y qué pensamos en cada momento. Es la novela del Gran Hermano.

El señor del mundo. (1904, Robert Hugh Benson) Describe un mundo globalizado con un gobierno mundial. Impera la dictadura de lo políticamente correcto, y bajo una pretendida tolerancia, se acosa a todo aquél que pretenda sostener una verdad diferente a la opinión generalizada. La Iglesia Católica, tan anclada en sus antiguas creencias, es el enemigo público número 1.

Farenheit 451. (1953, Ray Bradbury). Impresionante descripción de un mundo en el que los libros están prohibidos. Las personas viven narcotizadas por productos audiovisuales que invaden sus domicilios, cuyas ficciones superficiales colonizan sus neuronas convirtiéndoles en seres humanos infantiloides, consumistas e irrelevantes.

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