23 de julio de 2014

Espacio libre de niños






Cada vez es más frecuente encontrar establecimientos abiertos al público -hoteles, restaurantes, trenes- donde se prohíbe la entrada con niños pequeños. Y ello porque hay gente a quien le molesta el tráfago continuo de los "locos bajitos" que suben, bajan, gritan y arman jarana.


No voy a negar que hay niños muy mal educados, auténticos tiranos que subyugan a sus padres y pueden amargar la velada a los vecinos de mesa o asiento, haciendo trastadas y llorando si no se atienden sus hipertrofiados deseos.

Sin embargo, que haya unos pocos niños insufribles no jusfica la "niñofobia" que estos locales comienzan a extender. También hay culés insufribles, rubias insufribles, o ingenieros de caminos insufribles, y no por ello prohibimos la entrada a todo el colectivo en un determinado local. Que los niños son pesados y dan algo la tabarra es innegable. Pero prohibir a los matrimonios con niños entrar en un local para que no se vea perturbada la paz del mismo es una barbaridad.

No hay que olvidar que los niños son el futuro de una sociedad, su alegría, su esperanza. En términos menos bucólicos, son los que van a pagarnos las pensiones en unos años.

Si yo fuera un padre y me impidieran la entrada en un local por ir con mis hijos pequeños, respondería lo siguiente, dependiendo de mi estado de ánimo ocasional:
a.  que os a todos por culo, ojalá se hunda pronto este puto negocio;
b. mi hijo, que no es rencoroso, os pagará la pensión y os llevará la comida cuando estéis postrados en una silla de ruedas
c. me dais pena, postmodernos decadentes. Extinguíos sin salpicar.

pd. Post dedicado a mis más fieles seguidores, los señores Xipell y Amorós.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Mucho mejor... pero todavía lejos de aquel "Elogio de la carretera nacional" o "La pana se vuelve a llevar"... Un abrazo,

Drulo.

XIPELL dijo...

Me parece a mí que, en los trenes, muchas veces molestan más los mayores que los niños:

a) Con las risotadas de algunos que se toman en serio lo de que RENFE es tu casa...

b) Las impertinentes conversaciones de teléfono en la que, uno a uno, se llama a todos los contactos para anunciarles que "ya sólo nos falta media horita para llegar a Medina del Campo"...

c) ...

Y ahora le hago una propuesta a RENFE. Hay una forma mucho más "moderna" de conseguir trenes silenciosos. Es algo que ha dado muy buenos resultados en las familias españolas: poner una red wifi en los trenes (con sus correspondientes enchufes para conectar los dispositivos). Una buena conexión de wifi de 100MB es como el salfumán (lo mata todo): adiós a las tertulias de sobremesa, adiós a darse cuenta de si un hermano tiene mala cara, adiós a cualquier tipo de comunicación humana y, por tanto, adiós a conversaciones molestas en los trenes.

Juan, no dejes de alimentar el blog en verano.

Unknown dijo...

Bn todos tus argumentos me han gustado incluso me han ayuda para las tareas

Unknown dijo...

Me parece machista abogar porque se limiten los espacios donde puedan admitirse niños. En PR y en la mayoría de los países son las mujeres quienes -lamentablemente- cargan con la mayor responsabilidad en el cuidado de los niños. No me quiero imaginar cómo la pasaría una madre con varios hijos, limitados recursos económicos y sin un sistema de apoyo que pueda cuidarselos mientrás ella disfrita de un restaurante, una plaza o un cine. Igualmente esto me parece hasta clasista, pues no todas las mujeres o familias tienen el dinero para un cuido. Hay que tener cuidado y tomar con pinzas esta postura.



Si el niño llora es tan sencillo como pedirle a la persona encargada que se levante y lo atienda fuera del lugar. Pero, ojo, que la mayoría de las personas encargadas de menores son mujeres y, en muchísimos casos, de escazos recursos sin posibilidad de pagar un cuido o sin sistemas de apoyo que puedan cuidarselos.



Los espacios donde se pudiese llegar a considerar aceptable esta postura son muy limitados y no todos tienen el privilegio de acceder a ellos. Lo que veo es un lloriparty de posmodernistas por todos lados.